lunes, 20 de marzo de 2017

Muy potente concierto de Blackberry Smoke en Madrid. ¿Los nuevos Lynyrd Skynyrd?



El rock sureño no ha muerto. En los años 70 esa corriente se asoció a un nombre difícil de pronunciar: los Lynyrd Skynyrd. En 1973, estos tipos de Alabama (Sweet Home, sí) irrumpieron con un grandioso disco llamado (Pronounced 'lĕh-'nérd 'skin-'nérd), así entre paréntesis. Tenían toda la energía del buen rock surgido de la década prodigiosa, hijo del blues pero con ese toque rural, o podíamos decir vaquero, que enlaza con el country. Guitarras rabiosas, riffs pegadizos y mucho slide. El Woodstock del golfo de México. Sudor pegajoso, punteos para más de una guitarra, banderas confederadas (entonces no se consideraba un emblema racista). Combinaciones inteligentes de ritmos bailables o atronadores y tiempos medios de aire idílico, a menudo en la misma canción. Los Lynyrd hicieron obras tan gradiosas como este Free Bird que duraba nueve minutos (en el disco), o más de 13 en directo. Entonces se podía hacer eso, que no éramos tan impacientes. Así sonaban en 1977.


Un terrible accidente aéreo en octubre de ese 1977 acabó con tres de los miembros de la banda, el vocalista y fundador Ronnie Van Zant y los hermanos Gaines (guitarra y segunda voz). La banda, que apenas había sacado tres discos y estaba en la cumbre de popularidad en EE UU, quedó destruida, salvo algunas apariciones de los supervivientes en algún concierto homenaje. Diez años después, en 1987, la banda reapareció con muchas caras nuevas y sustituyendo a Van Zant por otro Van Zant, su hermano Johnny. No volvió a ser lo mismo, ni se aportó nada de especial valor a su obra previa. Aun hacen sus giras y permiten recordar lo que significaron los ausentes. Da igual: los Lynyrd habrían estado en cualquier caso grabados en mayúsculas en la historia del rock.

Contamos todo esto porque hemos identificado a una banda del siglo XXI que parece heredera de aquellas señas de identidad. Son Blackberry Smoke, vienen de Atlanta (Georgia), han sido teloneros de los Skynyrd resucitados y de ZZ Top. Y pudimos comprobar sus cualidades en el concierto del pasado 7 de marzo en La Riviera, sala con solera a la orilla del río Manzanares en Madrid. Era la primera de sus noches en suelo europeo, antes de pasar por Barcelona, Alemania, Suiza, Suecia...

El rock sureño, constatamos, está vivo y coleando. Y aunque algunas camisetas rezaban el lema Too Rock for Country, too Country for Rock, lo cierto es que el concierto no sonó demasiado country para llamarse rock. Fue una gran descarga de rock ejecutado brillantemente por una banda que se asienta, que está en un momento dulce. Llevan cinco discos de estudio, todos muy cuidados, desde 2004. Nos los escuchamos en atracón para prepararnos para el concierto. Pero, primera sorpresa, su directo es mucho más cañero que sus enlatados. 


Aquí os dejamos un vídeo de uno de sus temas más celebrados, Restless, y seguimos leyendo después (para eso pone "sigue leyendo"). No es demasiado country, si acaso es un gran blues-rock. En busca de calidad de sonido e imagen, renuncio a grabaciones caseras de La Riviera piratillas y que irán desapareciendo de Youtube y en su lugar aprovecho directos recientes en EE UU en buen formato de los temas que escuchamos esa noche preprimaveral. Que sí, que sigas leyendo.